Así se construye el marketing del k-pop

Cada vez con mayor frecuencia, el nombre oriental de algún idol se cuela como trending topic en España y países de Latinoamérica. Se trata del k-pop, el pop coreano que ya traspasa fronteras, sobre todo, gracias a YouTube. El k-pop es un género que puede resultar muy sorprendente desde nuestro punto de vista por varios motivos.

El primero es la fastuosa apuesta estética de sus videoclips, aunque también son muy interesantes otros aspectos como los roles de género -especialmente la masculinidad-, una oscura cara B, y claro, el marketing del entertainment coreano, una máquina perfectamente engrasada para fabricar millones.

Kim Taehyung. De K-pop.asianchan.com

Prueba no sólo de su éxito sino de su expansión internacional, es que el interés por el k-pop ha sido creciente en España durante los últimos años. En la siguiente gráfica se puede ver la tendencia creciente y estable de búsqueda de este género en Google durante los últimos cinco años:

Hay varios motivos que explican por qué el k-pop está logrando un alcance internacional, después de capitalizar la industria del entretenimiento en Corea del Sur. Nada es casual, ya que responde a una serie de movimientos muy bien orquestados desde las poderosas compañías de entretenimiento coreanas como SM Entertainment, YG Entretainment –fundada por PSY, el creador del ‘Gangnam Style’, el primer hit del k-pop que triunfó masivamente en Occidente-, Big Hit Entertainment o JYP Entretainment, que llevan años produciendo -sí, el verbo está bien escogido- bandas de idols y conocen perfectamente la fórmula para que funcionen.

Estas son las principales claves de éxito del k-pop:

1.Sus videoclips son arte total (y vídeo marketing).

Los videoclips de las bandas más famosas del género son auténticas obras de arte, como por ejemplo algunos vídeos de BIGBANG, BTS o BLACKPINK. No se escatiman recursos en dirección de arte para crear unos videoclips que consiguen hiptotizarnos visualmente y amortiguar así el hecho de que no entendamos una palabra de lo que dice la canción. Rápidamente, consiguen millones de reproducciones y su estreno es todo un acontecimiento internacional.

¿Cómo lo consiguen? Con localizaciones espectaculares, habitualmente grandes espacios como palacios, museos, discotecas, o no-lugares de estructuras extrañas, de simetrías constantes y perfectas -muy habituales-, coreografías milimetradas, actuaciones con instantes sensuales y donde siempre se explica una historia que llega a entenderse sin que sea necesario comprender la letra.

Y bueno, hay otro secreto: para evitar que aparemos la mirada de la imagen, muchos de los videoclips están montados con el triple de planos que los videoclips estadounidenses, lo que multiplica el dinamismo y la velocidad en lo que vemos, según publicó Asian Times en 2019. Es vídeo marketing.

Sirve como ejemplo el emblemático hit de BIGBANG ‘Fantastic Baby’, en el que en apenas 15 segundos se llegan a contabilizar hasta 30 planos diferentes (entre 1:10-1:25):

Los videoclips también combinan con excelencia la paleta cromática para crear grandiosas armonías o perfectos contrastes. Por ejemplo, la escena completamente azul con sofá amarillo (colores complementarios) de ‘Boy with luv’ de BTS, o la escena en la tienda roja y azul de ‘Kill this love’ de BLACKPINK:

El contraste perfecto entre azul y amarillo de ‘DNA’ y ‘Boy with luv’ de BTS
La escena de la tienda usa perfectamente los colores complementarios azul y rojo, en ‘Kill this love’ de BLACKPINK

2.Usan hábiles trucos para superar la barrera cultural y lingüística

Para superar la barrera cultural y lingüística, los creadores de k-pop introducen dos trucos. El primero es colar siempre en las letras algunos versos en inglés -que entonces ya sí se pueden cantar en Occidente-.

El segundo son las famosas coreografías, con legiones de seguidores en redes sociales, inundadas de tutoriales llamados ‘dance practice mirror’, como este vídeo de práctica de Stray Kids. Así, si suena un hit k-pop en una discoteca o en Tik Tok, se puede bailar la canción sin que se sepa la letra. En el k-pop se conecta a través del baile, no necesariamente con la letra.

3.Crean literalmente ejércitos de seguidores

Los mayores grupos de k-pop cuentan con millones de seguidores tan organizados que, por ejemplo, en el caso de la banda BTS se autodenominan ‘army’ (ejército). Este es un tema un tanto polémico, dado que se ha criticado en ocasiones el inmenso poder que tienen estos grupos, que son capaces de cancelar a un ídolo si creen que su comportamiento no ha sido el adecuado o les decepciona.

En ocasiones, la compañía a la que pertenece ese idol obedece a los seguidores porque son los consumidores directos del producto. Y es que los números son lo más importante. Por poner un ejemplo, la canción ‘Boy with luv’ de BTS sumó en YouTube más de 59 millones de reproducciones en el mundo sólo el día de su estreno, y eso tiene un enorme valor de marca. El k-pop es una industria multimillonaria gracias a su público y siempre hay que dar MÁS.
Los seguidores comparten y se enteran de las últimas novedades a través de las redes sociales. Sobre todo, a través de Twitter, la red social que en lugar de decir “mírame” dice “míralo”.

4.Tienen un arma maestra: el amor imposible es posible

Esta es, probablemente, la jugada maestra del k-pop, aunque inquietante. El público del género es esencialmente femenino, así que para evitar desilusiones si trasciende que el ídolo tiene pareja, la decisión que toma la industria es que… mejor no la tenga.

Los candidatos a ídolos se forman desde niños en academias de baile y canto, y sólo unos pocos elegidos son reclutados por una compañía de entretenimiento, donde siguen aprendiendo idiomas, saber estar y cultura coreana e internacional, además de baile y canto en unas jornadas extenuantes y aterradoras:

Es algo así como la academia de Operación Triunfo, pero con la diferencia de que transcurren años desde que el aspirante entra hasta que debuta ante el público. Lógicamente, la presión es extrema, dado que los ídolos deben devolver el dinero que la compañía ha invertido en ellos.

Por tanto, para evitar distracciones o escándalos –que se producen-, durante esos años de formación viven en una residencia, se les aparta de su entorno familiar y amistades, se les prohíbe tener teléfonos móviles -que algunos cuelan a escondidas-y también tener pareja, hecho que continúa durante los siguientes años tras su debut. De esta forma, sus fans saben que sus corazones, aunque lejanos, están más disponibles y la esperanza es lo último que se pierde. Y si en el marketing se persigue la conexión emocional con el consumidor, probablemente no exista una más fuerte que la del amor. Pero quedarnos aquí sería quedarnos a la mitad:

5.Un ídolo es la encarnación de la belleza interior y exterior

Esta idea de equiparar belleza exterior con belleza interior, más demodé en Occidente, sigue vigente en la mayoría de países asiáticos. Concretamente en Corea del Sur, la famosa piel de porcelana se sigue considerando, actualmente, símbolo de belleza y status porque su dueño/a no está sometido/a al duro trabajo en el campo, lejos de la cultura y el conocimiento.

Las compañías de entretenimiento pagan a sus ídolos operaciones de cirugía estética, ortodoncias y corrección de problemas dentales, tratamientos de belleza, entrenamientos deportivos y un largo etcétera. La situación es tan normal que sirve como ejemplo mencionar el hit de SixBomb, ‘Getting pretty’, en el que sus integrantes muestran el antes y después de sus intervenciones estéticas:

6. Masculinidad andrógina, femineidad empoderada

Es uno de los aspectos más interesantes. El papel de los varones es de una masculinidad diferente a nuestros modelos tradicionales, con claros guiños ‘gender fluid’. Aunque habitualmente se expresen al estilo gangsta, acostumbran a encarnar almas enamoradas y sensibles que siempre sufren por amor. Saben perfectamente quién es su audiencia.

Es una masculinidad diferente, desacomplejadamente cute. Sus estilismos incluyen flores, diademas con orejas de gatitos, maquillaje colorido y colores del pelo en tonos pastel rosa o azul.

En muchas ocasiones se convierte en una androginia llevada al límite, como por ejemplo, el caso de Felix o Hwang Hyunjin, de la boyband Stray Kids:

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let’s protect him at all costs 🥺

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El rol femenino, en cambio, no juega a la androginia. Más bien al contrario: se muestra una feminidad aumentada en estereotipos clásicos en forma -rapera intimidante o adolescente angelical- y empoderada en fondo, a nivel sexual, social y económico. Las mujeres del k-pop son dueñas de su cuerpo, seguras y sin reparo a ser y mostrarse materialistas. Uno de los ejemplos más claros de ello es la banda femenina en auge en Occidente, BLACKPINK:

Este asunto de los roles de género del k-pop se vuelve inquietante porque hablamos de jóvenes idols a los que se ha privado durante años de una parte de su experiencia emocional por no haber tenido las vivencias normales de personas de su edad. Y eso se traduce en timidez, un rasgo similar a la inocencia, que hace que en sus exposiciones públicas, por ejemplo en programas de televisión, parezcan aún más jóvenes de lo que son con el paso de los años, lo que vuelve a jugar a favor de la idea de belleza eterna del entertainment coreano.

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Si tomáramos como ejemplo el principio de dualidad china, los varones se corresponderían al Ying -suaves, nocturnos, reflexivos- y las mujeres son Yang, expansivas, fuertes y luminosas. En todo caso, resulta muy interesante que hombres y mujeres tiendan hacia la femineidad. Hay un hilo desternillante en Reddit al respecto que pregunta «¿hay algún otro hombre hetero aquí al que también le gusten las boybands del k-pop?». Y la respuesta es obvia. Por supuesto que sí.

7.Mueven millones, y no sólo por la música

Más allá de la música, un buen número de idols ejercen de auténticos influencers y creadores de tendencias sociales y culturales, especialmente en el mundo de las marcas de alta costura y complementos de lujo, aunque también pueden anunciar compañías aéreas, como este futurista spot de SuperM de Korean Air.

El ejemplo más paradigmático y fascinante es el de G-Dragon, quien se hizo famoso en la banda BIGBANG. Con un talento y carisma realmente arrollador, hoy es embajador de Chanel en Corea del Sur. Otro día hablamos de él porque tanto su branding personal como el de su marca Peaceminusone merecen un capítulo aparte.

8.Llegan a Occidente mediante colaboraciones

La forma de expandir el negocio del k-pop fuera de Asia se hace como lo hacen las multinacionales: buscan partners locales que conozcan bien el mercado y se asociana a ellos. En el caso musical, lo consiguen a través de colaboraciones con grandes artistas occidentales y con público afín, con lo que logran llegar a nuevas audiencias a las que no llegarían por sí solos. Es el caso, por ejemplo, de BLACKPINK grabando ‘Kiss and makeup’ con Dua Lipa, o participando en el Coachella, siendo la primera banda de k-pop en asistir al famoso festival.

9.Su mundo es un paraíso artificial

El mundo del k-pop evoca una cierta ingenuidad que en Occidente se ha desvanecido lentamente. Mientras en nuestra cultura triunfa el ‘sad pop’ de Lana del Rey o Billie Eilish como reflejo y preocupación de nuestros tiempos inciertos, donde quienes triunfan son los tienen un mensaje o bien son activistas, el k-pop todavía canta a los desengaños amorosos como lo hacían las popstars clásicas al estilo Britney Spears o Katy Perry hace quince años, en mundos aún sin los efectos catastróficos de la crisis económica de 2008 y sin pandemia.

Ante nuestro desencanto actual, tendría sentido buscar cierto refugio en un paraíso artificial refrescante en el que no existen los problemas, un espacio atemporal completamente nuevo y lleno de color en el que aún subsiste la promesa de cierta inocencia y donde es bella hasta la melancolía.

Y esa promesa es la verdad oculta en la gran mentira del k-pop.

Crédito imagen principal: «bba6c942gy1fr4cgc5lh7j20u10k0te1» by Yun_Q is marked with CC PDM 1.0


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