No tienen aspecto de alpinistas de élite. No lucen ropa de marca ni logos de sponsors de la cabeza a los pies. No tienen un documental en Netflix -aunque deberían- y no les verás en portadas ni extensos artículos. Pero lo cierto es que de estos chicos depende buena parte de los ingresos de Turismo de Nepal esta temporada, así como parte de la reputación internacional del país: serán los primeros en escalar el Everest para fijar las cuerdas que después guiarán a todos los alpinistas internacionales hacia la cumbre esta primavera.
Sólo los alpinistas más preparados pueden hacer este trabajo. La próxima semana, este equipo formado por solo ocho sherpas de la agencia Seven Summits Treks, bajo la dirección de la Expedition Operators Association of Nepal (EOA) se dirigirán al Everest para fijar las cuerdas.
Ellos serán los primeros en enfrentarse a un Everest completamente vacío, inhóspito y desconocido tras lo que haya sucedido en sus paredes durante el invierno. Habrá nuevas grietas, algunas zonas habrán desaparecido, habrá nuevos peligros que solventar en esta montaña que cambia cada año.
Se trata de un trabajo extremadamente peligroso dado que en la parte inferior del Everest está situada la famosa cascada de hielo del glaciar de Khumbu, en la que descienden lentamente bloques de hielo del tamaño de edificios de varios pisos, que en cualquier momento pueden colapsar, y que cambian cada día. Y de camino a la cima, claro, temperaturas de 40 grados bajo cero, fortísimos vientos, la zona de la muerte y el fatídico mal de altura. Todo a la vez.
En el equipo figura el legendario Kami Rita Sherpa, Record Guinness mundial por ser el hombre que más veces en la Historia ha subido al Everest -25-, que ejercerá de líder de la expedición.
Subir al Everest cuesta, en términos generales, unos 50.000 euros, y Lakpa me cuenta que esta primavera podrían intentar escalarlo unas 250 personas, por lo que eso supone 12,5 millones de euros directos para el país, de los que un amplio porcentaje son ingresos para el Gobierno en forma de tasas y permisos. Eso sin contar los ingresos indirectos en forma de proyección internacional y del efecto llamada que tiene el Everest en parámetros deportivos, sociales, culturales y mediáticos.

Por tanto, cada uno de estos hombres, por sí solos y corriendo un altísimo riesgo, generará esta primavera más de un millón de euros.
El suyo será un trabajo solitario, sin cámaras ni drones, sin lenguaje de conquista, sin hashtags en Instagram. Porque aquí la cosa va de construirse una casa en el pueblo, o de arreglar la de sus padres, y de poder pagar un buen colegio para sus hijos. Y aquí están sus nombres.
Kami Rita Sherpa
Sona Sherpa
Ngima Tashi Sherpa
Tenging Gyaljen Sherpa
Fura Tshering Sherpa
Phurba Chhotar Sherpa
Phurbu Kusang Sherpa
Lakpa Tenjing Sherpa.