Ayer seguí con mucha curiosidad La Velada del Año de Ibai Llanos, transmitida en Twitch desde su canal y otros, celebrada en el Palau d’Esports de Badalona. Fue una espectacular sesión en la que se consolida el éxito de Ibai Llanos como claro referente del entretenimiento en nuestro país. No le demos más vueltas. No hay nada más que demostrar. Lo es.
Por eso quiero arrancar con EL DATO. El dato fue que La Velado del Año superó los tres millones de espectadores en Twitch. Eso sin contar los que seguían el evento a través de Twitter, que monopolizaron todos los hashtags de la tarde-noche (#Viruzz vs Momo, #Rubius, #LaVelada2, #3Millones, #Quevedo y #Auronplay, algunos ejemplos).
En sus mayores picos, la noche de boxeo logró 3,1 y 3,2 millones de personas conectadas a Twitch en el mismo momento, disfrutando del show. Eso es una barbaridad y, si no voy errada, fue el doble de la audiencia lograda el año anterior. Ese fue EL DATO de Ibai –el resultado de Ibai-, y como ejemplo comparativo de cómo está la cosa, estas fueron las mayores audiencias de la televisión en España del viernes, el día anterior, según el resumen diario de Fórmula TV:

El show de Ibai&Co logró un 50% más de audiencia que el programa más visto, que fue el informativo del mediodía de Antena3; duplicó a La Voz Kids y -atención -triplicó los datos de Sálvame.
Pasaron muchas otras cosas interesantes en esta SuperBowl de boxeo negociada y desarrollada por la generación de menos de 40 años que se ha buscado la vida y sus propias oportunidades, más que esperar a que alguien se las concediera. Tal y como están las cosas, y sobre todo si pensamos en el paro juvenil, mejor pedir perdón, que permiso. Fue un evento con ritmo que contó con una producción y realización impresionantes. Nada que envidiar a un combate en Las Vegas, tal y como se comentó en directo.
Más cosas. Anoche vimos a muchos de los más célebres influencers –El Rubius, Auronplay, Arigameplays, The Grefg, Luzu, Lolito, etc.- deambulando entre logos de Grefusa, El Pozo, Telepizza, Disney, Spotify y un largo etcétera. No había marcas pequeñas. Los departamentos de Marketing de estas marcas han sido ágiles en saber qué está pasando y donde está la audiencia a la que quieren llegar.
Más sorpresas. El torneo de boxeo se permitía descansos entre combate y combate -muy bien incluir un combate femenino, a ver si el año que viene hay paridad- con actuaciones musicales de gente tan en el candelero como Nicky Nicole, Duki, Quevedo, entre otros, con Bizarrap poniendo el broche final. Sería interesante ver cómo era el perfil de la audiencia que siguió el show. Creo que había mucho deportista y boxeador porque curiosamente, las audiencias bajaban ligeramente (más o menos en 200.000 espectadores) en las actuaciones musicales, cumpliéndose así un viejo mito -o realidad, no sé, me encantaría que alguien me escriba y me lo aclare- del mundo de la televisión que dice que la música desploma las audiencias. Ojo, que nadie se confunda: recordemos que Bizarrap es alguien que logra 30 millones de visualizaciones en sólo dos semanas de su útimo hit con Villano Antillano en YouTube. En todo caso, yo siempre defenderé la presencia de la música en todas partes, baje o no la audiencia, y celebro que las generaciones más jóvenes incluyan en sus grandes eventos a las voces de su tiempo. Intercalar esas actuaciones tan bien elegidas entre cada round fue fabuloso. Que le den a la audiencia que no sepa valorarlo. Fueron 3 millones. Estemos atentos.